El pesado aroma que sucede a la pasión impregnaba el cuarto. Tumbados sobre la cama a oscuras y en silencio aguardaban la llegada del fin del mundo; Así semana tras semana, hasta comprobar por ellos mismos que nadie muere en domingo.
Este convulso 2020 ha dejado atrás una década en la cual hemos podido disfrutar gran cantidad de discos buenísimos. A través de mi podcast Talk to Him, he recopilado los que para mí son los 20 mejores a través de dos programas que podéis escuchar desde esta entrada del blog.
Una lista rica, heterogénea y llena de emociones; con canciones maravillosas, capaces de atrapar el espíritu de esta colección de obras imperecedera. El recorrido va acompañado de todo el halo de sensaciones que me transmiten personalmente estos temas, todos con alguna historia detrás, al igual que para cada una de las personas que sienten, comparten y viven la música desde dentro para fuera. Que disfrutéis los dos capítulos.
Los 20 Mejores Discos de la Década 2010-2019 (del 20 al 11).
Los 20 Mejores Discos de la Década 2010-2019 (del 10 al 1).
Y como añadido, os dejo otros cinco grandes discos que no han podido formar parte de esta lista de 20, pero que sin lugar a duda no podéis dejar de escuchar.
1. A Perfect Circle - Eat The Elephant (18). Pocas veces el regreso de bandas que llevan mucho tiempo inactivas nos revela la inteligencia, sensibilidad y carácter profético de este inmenso trabajo. Profundo y revelador, Maynard James Keenan y los suyos conmovían y agitaban conciencias frente al mundo moderno, tan evanescente como banal.
2. Rosalía - Los Angeles (17). Mucho antes del fenómeno Rosalía, la catalana había demostrado su enorme talento y sentimiento en un disco que hurga en el flamenco y lo retuerce desde la pasión y la verdad, ayudado por la mano sabia de Raül Refree a la producción. Todo un hito antes del mito.
3. Dominique A – Eleor (15). Amo con toda mi alma la carrera del francés, posiblemente uno de los artistas más constantes y regulares, que no conoce disco malo. Eleor abrazaba su faceta más clásica y desnuda, con unas canciones tan brillantes en arreglos como en la defensa y exposición de una voz única y transmisora.
4. CHVRCHES - The Bones of What You Believe (13). Los Depeche Mode del Siglo XXI debutaban con un trabajo que abrazaba electrónica y melodía con eficacia, adicción y personalidad, a través de canciones que, sin apenas saberlo, tenían vocación de himnos.
5. Nada Surf. The Stars Are Indifferent to Astronomy (12). Una de las bandas más infravaloradas del mundo sacaban la pasada década uno de sus mejores trabajos, con unas melodías y guitarras a la altura de muy pocas bandas de powerpop a lo largo de la historia. Siempre serán más un grupo de fans que de crítica. Y a quién le importa. Inmensos.
Uno año más es tiempo de hacer recapitulación emocional a 365 días de vida. Y la única forma en que sé hacerlo, o al menos la única a través de la cual consigo acercar mis vivencias, deseos, recuerdos, anhelos e inquietudes a la realidad -y el sueño- acontecido no es otra que la música. Es por eso que en mi podcast Talk to Him realizo un exhaustivo resumen musical a todo lo ocurrido.
En 2018 de nuevo me embarco en dos cartas sonoras que paso a recopilaros en esta entrada del blog para que podáis disfrutar escuchándolas. Espero os gusten y las disfrutéis tanto como yo escribiéndolas desde el corazón.
1ª Parte. En esta primera parte tenéis los mejores discos ordenados del 20 al 11, los 10 mejores directos del año, los lanzamientos más esperados para 2019 y el premio miscelánea entre 5 candidatos excelentes.
2ª Parte. En la segunda parte del especial 2018, conoceréis cuáles han sido los puestos de la lista del 10 al 1, las 5 menciones de honor que quedaron fuera del countdown, las 5 decepciones de aquellos artistas de los que esperábamos grandes trabajos y el tradicional premio al mejor EP 2018 entre los 5 candidatos elegidos.
Como extra a la lista musical, en este artículo tenéis también los 3 videoclips que me han parecido mejores en el pasado año 2018. Aquí os los presento.
A Perfect Circle. Disillusioned. Una bella alegoría que denuncia la alienación deshumanizada del individuo moderno a través de la tecnología. Belleza herida y trascendental, un regreso a la esencia de la vida.
Gunship. Art3mis & Perzival. Una bonita historia de amor y rebeldía con el telón de fondo de un apocalipsis no tan distópico y lejano como pudiera parecer. Y todo ello utilizando unos entrañables gráficos por ordenador donde los pixels se notan tanto como la emoción del tema.
Carolina Durante. Cayetano. Una paródica visión del pijerío neoliberal asociado a la cultura del "nuevo indie", realizada con mucha guasa e inteligencia. La canción todo un himno, por supuesto.
Este mes en Talk to Himqueremos rendir un homenaje a los mejores discos publicados en los primeros años del Siglo XXI.
Como sabéis, desde el podcast hacemos un repaso anualmente a los mejores 20 lanzamientos discográficos editados durante cada ejercicio, además de otras múltiples clasificaciones como mejores conciertos, EP's, decepciones, menciones de honor, etc.
Si queréis rememorar alguno de estos programas emitidos durante 2015 y 2016, podéis encontrarlos en los siguientes links:
Los 20 mejores discos de 2015:
Del 20 al 11:
Del 10 al 1:
Los 20 mejores discos de 2016:
Del 20 al 11:
Del 10 al 1:
Lo que quizá algunos no sepáis es que estas listas de mejores discos fueron confeccionadas durante muchos años antes por mí en un programa de radio multicultural, la Parada de los Monstruos, actualmente desaparecido. Para rememorar todos esos números uno durante el tiempo que realicé estos rankings, concretamente desde el año 2000 al 2014, el programa de este mes hará un repaso de ellos como ejercicio de introspección emocional y, a su vez, como rescate de una serie de obras imprescindibles por completo. Espero disfrutéis de este viaje nostálgico y vivificador.
(Números uno anuales elegidos por mí para el programa de radio La Parada de los Monstruos).
Como sabéis año a año realizo una lista de mis discos preferidos en ese ejercicio. Supone una forma de mirar atrás y hacer inventario de la banda sonora que ha acompañado mis días durante ese periodo: el refugio antes sufrimientos, la exaltación de los placeres y, en definitiva, el testimonio de seguir viviendo. Esta es la recopilación de los discos fundamentales cada año de la pasada década; poco importa si actualmente suponen más o menos en mi vida, lo que trasciende es el valor coyuntural que les dí en ese momento y les convierte en parte inexcusable de mi ser.
2000. The Cure: Bloodflowers. Uno de sus trabajos más densos y mejor trabajado literariamente si esto es aún posible a esas alturas en una de las plumas que mejor sabe constatar la crónica del nacimiento, auge y desvanecimiento del amor: Robert Smith, el último ser que supo acoger el significado auténtico del termino "Romanticismo" en sus entrañas. Letanías arrastradas que van ahogando al oyente en la escucha bajo un magma de cieno mientras observa la desintegración de todo en lo que alguna vez creyó.
2001. Weezer. Green Album. Actualmente una banda dispersa, incontinente por momentos e incapaz de repetir la eficacia e inspiración certera para crear melodías y canciones con pegada directa e imbatible. Pero todo fue distinto en aquel lejano 2001 cuando Rivers Cuomo y los suyos regresaban a la palestra tras muchos años con un disco de duración ajustada lleno de himnos del mejor power pop con músculo que se recordaba, todo impregnado de ese deje melancólico vintage 50's que era la guinda a un trabajo donde no sobraba ni un segundo.
2002. Sigur Rós.( ). Este es el grupo que más me ha acompañado en los momentos más trascendentales de mi vida en los que he necesitado cauterizar los efectos de algún acontecimiento en mi persona. Su capacidad de evocación, fragilidad y ejemplo intangible del ideal de belleza nunca alcanzó una excelencia mayor para quien os escribe. Un disco que huía de las trabas del verbo, de las acotaciones de títulos, artworks o cuestiones externas para que uno mismo construyera a su manera el retablo hermoso y doliente de aquellos que no renuncian a sentir por encima de cualquier cosa. Inmortal.
2003. A Perfect Circle. 13Th Step. Una de las bandas más anheladas, con su segundo trabajo logró acrecentar el intrincado universo de emociones al que transporta su música. Como la más abrasadora muralla de hielo, se cernían sobre nosotros un conjunto de canciones que desde cierta distancia vaporosa e ingrávida lograban traspasarnos las entrañas derritiendo nuestra persona y drenando nuestra sangre sumidos en un escalofrío mudo.
2004. Chucho. Koniec. El disco más incomprendido de Chucho, el proyecto con el que más maravillas nos obsequió Fernando Alfaro rozando casi el legado de Surfin' Bichos. Un disco rasposo, incómodo, que suena desde su propio título a final, pero que no lo hace por la vía fácil ni autocompasiva, sino a través de un compendio de vivencias propias del universo canino en un trabajo que rebosa honestidad, desencanto y valentía para denunciar los varapalos que la existencia nos propina. El absoluto territorio yermo en youtube para encontrar material de calidad de este álbum, constata su malditismo injusto y facilón.
2005. Ryan Adams & The Cardinals. Cold Roses. Estas rosas frías que nos ofreció Ryan Adams fue el cénit creativo de un año donde llegó a publicar hasta tres discos de estudio. Sentidas tonadas del mejor rock de raíces norteamericano, siempre dulces, pero no empalagosas, con una capacidad para conmover realmente encomiable y desarmante, convertía cada canción en nuestra pequeña gran tragedia cotidiana en constante ajuste de cuentas con el espantapájaros deshilachado del desamor. Tragedias de habitación que calaban hondo.
2006. Standstill.VivaLaGuerra. Una de las bandas nacionales que más ha crecido exponencialmente lanzamiento a lanzamiento, conseguían por fin un lenguaje propio e intransferible en esta su obra más trascendental. Un retablo de pequeños combates cotidianos en los que la guerra particular de cada cual no es jamás dada por vencida y que, por encima de todas las cosas, nos une en esas pequeñas miserias y conquistas humanas que van copando nuestro transitar como migajas encima de una mesa hasta crear un esbozo siempre incompleto de lo que somos.
2007. Los Planetas. La leyenda del espacio. Los planetas comenzaron con este disco su inmersión en la tradición folklórica española, algo que ya habían hecho puntualmente con antelación. Contrariamente a lo que piensan algunos esto no les hizo perder carácter, todo lo contrario: sus canciones ganaron en complejidad, oscuridad y emotividad. Un trabajo de estudio reverencial hacia el flamenco que, adaptado a su libro de estilo, se convertía en un cuadro de letanías profundas, sentidas y estremecedoras. Tradición, "quejío" y electricidad cauterizadora.
2008. Sigur Rós. Með suð í eyrum við spilum endalaust. Los islandeses conseguían con esta impronunciable obra su trabajo más heterogéneo. Nuevas vías expresivas más terrenales se mezclaban en perfecta armonía con sus ejercicios más etéreos, aquellos que nos permiten viajar a un mundo irreal donde refugiarnos de los sinsabores de aquel en que habitamos y no pocas veces nos lanza dentelladas sin compasión alguna. La constatación definitiva de que el talento de Sigur Rós, unido a su emotividad inalcanzable en cualquier otra banda, eran infalibles a pesar de humanizar sus cualidades divinas.
2009. Mono. Hymn to the immortal wind. Los japoneses Mono lograban con este disco la consagración absoluta del post-rock en alianza con la música clásica. Nunca nadie antes había integrado la ampulosidad de ambos estilos con tanta maestría y con un resultado tan sobrecogedor. Una obra de una melancolía ingente, un viaje al fondo del recuerdo, donde habitan los sentimientos más puros y olvidados, un peregrinaje hacia los restos del naufragio para, con la abnegación y el amor más invencibles, construir desde las cenizas la fortaleza más infranqueable que se haya erigido jamás a través de las vivencias inmortales de los corazones más a flor de piel.