Mostrando entradas con la etiqueta entrevistas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta entrevistas. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de abril de 2014

Resituándonos con Nacho Vegas.



(Publicada originariamente para Muzikalia).

Con Nacho Vegas, no se entrevista a un músico, se habla con una persona. Y es que, en estos tiempos convulsos y deshumanizados, no existe mayor virtud que ser persona.

Con motivo de la publicación de Resituación (14), tuve la suerte de compartir cervezas y conversación con el asturiano, una charla que fluyó en torno a la consciencia personal y a la conciencia colectiva, eje que vertebra el difícil equilibrio entre el yo-individuo y el yo-mundo.

Tus seguidores estábamos acostumbrados a ver nuevo material tuyo prácticamente cada año; desde la publicación de Cómo hacer crac en 2011, no teníamos nada nuevo. ¿A qué se ha debido este mayor lapso de tiempo hasta llegar a Resituación (14)?.

Es verdad, yo también lo pensé mucho y no me lo habían preguntado hasta ahora. Tiene que ver con que, después de la gira de La zona Sucia (11) y de Cómo hacer crac (11), habíamos tocado más que nunca y eso me agotó un poco. Me quise tomar un tiempo, no sé, tuve mi momento de crisis. Empezaba a ponerme nervioso en los conciertos, a no disfrutarlos. Encima, estar de gira te impide hacer canciones nuevas, al menos a mí. Paradójicamente, cuanto mejor te va, es cuanto menos tiempo tienes para hacer material nuevo. Decidí parar. Enseguida empezaron a surgir después, pero sí que tuve un poco de miedo de decir "no voy a hacer más canciones".

Tras algunas escuchas de Resituación, la palabra que me viene a la cabeza para definirlo es necesario, sobre todo en estos tiempos de expolio por parte de los distintos poderes en cuyas manos estamos. ¿Piensas que existe una deuda en los artistas independientes de los 90´s de influencia anglosajona, quizá algo más alejados de la realidad en su momento, que provoca denunciar esta situación o es algo que surge desde dentro?

Una cosa no quita la otra. La urgencia de la realidad es mucha ahora, pero en los 90´s también existía, no se vivía precisamente de puta madre. Quizá no había esa necesidad tan perentoria. Han pasado los suficientes años para poder verlo con perspectiva y cierta autocrítica. No tanto por haber mirado hacia otro lado, en ese momento ya me sentía muy próximo al colectivo Ladinamo, una especie de oasis en Madrid, ahora hay mucho más movimiento colectivo; pero sí por haber perdido la oportunidad de haber creado una escena que fuera una alternativa de verdad al mainstream con una colaboración entre los distintos sellos, promotores, etc. Esas batallas todavía las vivimos ahora y es una pena. En la música hay que cambiar muchísimo y tomar como ejemplo otros movimientos sociales.

El adelanto al disco, "Actores poco memorables", presenta una serie de estereotipos que se dan cita en esta gran farsa social: el conservadurismo rancio, los "progres" que viven bien, el servilismo, etc. Más allá de los grandes responsables de esta precariedad en la que andamos metidos a todos los niveles, ¿existe una parte de culpa en todos nosotros por esta situación alcanzada?

Hay una parte, pero no: en realidad hay un discurso hegemónico que lo que quiere hacer que creamos es que la responsabilidad es exclusivamente individual. Igual que el mérito de lograr algo, cuando en realidad para conseguir llegar a hacer cosas, hace falta siempre un colectivo.

El compromiso social hace años era visto por determinados colectivos cercanos a la música independiente como algo rancio, algo que devino en mero hedonismo. ¿Esto es algo que está cambiando?

El discurso de la transición nos vendió mucho el buen rollo y la modernidad mientras se reprimían fuertemente los conflictos laborales en los 80´s, existía una destrucción completa de tejido social, privatizaciones, etc. Y así hasta hoy. Mientras, se vendía que todo iba bien con distintos discursos: el buen rollo primero, la meritocracia después y, finalmente, con el "somos clase media". Cuestionar todo esto desde la música era visto como algo tabú. Afortunadamente, esto está cambiando, pero bueno, a mí me siguen acusando de panfletario ahora.

Al hilo de todo esto, pareciera como si no existiese la conciencia de clase, como si fuera algo desfasado, mientras muchos trataron de convertirse en los nuevos ricos.

Realmente, hubo un triunfo de la ética individualista fruto del capitalismo más salvaje que desmovilizara a la gente y que la hiciera perder esa conciencia de clase, que hablar de la lucha de clases fuera visto como un discurso de la vieja izquierda. Se inculcaba el poder aspirar a ser una clase media que no dejaba de estar instalada en el precariado y en las peores condiciones de clase trabajadora por mucho que presumiera de tener un determinado puesto. Y esto desmoviliza mucho. Ahora, tras haberse caído esto por su propio peso también, con todos los nuevos movimientos sociales, se está deslegitimando y dejando patente que la lucha de clases está más vigente que nunca y que la desigualdad ha crecido enormemente.

"Indefensos", el tema instrumental que abre tu nuevo trabajo a las formas de Actos Inexplicables (01), me hace pensar en la violencia, yo diría hasta explícita, que ejercen sobre nosotros políticos, banqueros y demás clase dominante. ¿Cómo se puede luchar contra ella?

Pues precisamente siendo conscientes de nuestra vulnerabilidad y de que si creemos que todo lo podemos hacer por nosotros mismos, vamos a estar más indefensos que nunca. Hay que tomar conciencia de lo común y auto-organizarnos luchando de esa manera. Somos seres interdependientes y, sin embargo, nos vendieron mucho eso de la autosuficiencia y que, de adultos, hay que buscar la independencia y ser libre, pero al final, estos conceptos perversos de libertad lo que hacen es encadenarnos mucho más.

Resituación es un disco con unas señas de identidad muy claras, muy adscrito a lo que es Gijón. El enclave geográfico en tus obras es evidente. ¿Podrías hacerme un paralelismo entre Madrid y Gijón, bajo mi punto de vista las ciudades más recurrentes en tu obra, diciendo qué cosas te aporta cada una y lo que cada una significa para tu obra?

Es una pregunta bastante difícil ésta. La ciudad está muy presente siempre. Y esas dos, más. Cada una con una visión muy diferente. En Gijón ocurrió algo que marcó mucho a mi generación. La gente de mi edad se tuvo que ir de Asturias. Quedamos cuatro porque no había trabajo. Eso provoco un vacío que impidió crear una escena cultural en una ciudad que tenía todo para tenerla. De esto hablo en "Ciudad vampira", de una ciudad triste que se puede reparar, pero en la que se ha creado mucho daño por efectos de la reconversión industrial de los 80´s. Para mí Gijón está expresada en esa ciudad. Y lo que ocurre en ella, sé que pasa en muchas ciudades parecidas. Paralelamente a esto, pude estar mucho en Madrid donde ocurría justo lo contrario, una especie de Torre de Babel donde se juntó gente que venía de provincias, gente desplazada de su sitio, huérfanos en una ciudad extraña donde buscarse una comunidad que le permitiera tener una raíz. Madrid siempre ha significado la oportunidad para mí que no podías tener en ciudades pequeñas como Gijón de hacer cosas en común alzando la voz.

Siguiendo con esas señas de identidad locales, en Resituación hay dos canciones dedicadas a artistas asturianos, por un lado "Rapaza de San Antolín" dedicada a la cantautora Lorena Álvarez y "Adolfo Suicide" dedicada a Adolfo P. Suárez. Cuéntame un poco cómo surgen ambas.

Bueno, son dos canciones de admiración, incluso la de Adolfo una canción de amor en cierto sentido. En ambos casos, tanto lo que hacen como su personalidad, son fascinantes. Son canciones con protagonistas muy claros, éste es un disco de personajes perdidos en su propia soledad, de muchos claroscuros, estas canciones son el contrapunto, la hipérbole de todo eso, los actores más memorables sin lugar a dudas.

Recuerdo haber leído de ti en una entrevista hace muchos años que eras una persona bastante mitómana con el mundo del rock, pero de una forma sarcástica, hasta llegar a ser desmitificadora. También me gusta la forma en que desmitificas tu figura, de la imagen que se crea desde fuera, como diciendo, "pero qué os pensáis los demás, si soy uno más".

Sí, sí, es un poco eso. Cuando empecé a hacer música se hablaba ya del malditismo y me parecía todo un poco absurdo y ridículo porque todos los malditos han sido siempre estrellas que vendían mucho. Te reías de ello un poco. Y aparte, me gusta mucho el rock y la literatura del rock, pero sus protagonistas siempre se te caen a lo mínimo que lees sobre ellos. Todo es bastante cutre y truculento, y eso precisamente es lo guay, porque si te crees de verdad todo esto, es muy peligroso, la mitificación y el excesivo culto a la personalidad, es uno de los mayores enemigos de la música que hay porque dejas de hacer cosas interesantes en cuanto levantas los pies de la tierra. Y esto es algo que no se critica lo bastante en el rock porque a todos nos gusta leer estas cosas truculentas.

La forma en que introduces el humor en la tragedia, frente a la solemnidad que otros profesan, me interesa mucho. Pienso que, detrás de una sonrisa, ocurren las cosas más terribles a veces.

Sí, el humor es una herramienta poderosa con la que enfrentarnos a las cosas más dramáticas. Pero también se puede utilizar de una forma más reaccionaria para esconderte de ellas y con una distancia que te permita ser cínico; y eso es un error en lo que otras generaciones cayeron abusando de este tipo de recursos. Pero yo lo utilizo de otra forma, claro.

Otra variable en tus canciones es la aparición de la soledad. Es un tema que me llama la atención. ¿De qué forma te marca la soledad al componer? Y, por otro lado, ¿qué faceta de la soledad te obsesiona más, la reconfortante y necesaria o la acechante?

La reconfortante es necesaria para todos a veces. En inglés se tiene "solitude" y "loneliness", en asturiano también existe esta distinción, aunque no se utiliza mucho; la primera sería un poco la elegida, y la otra la que implica desamparo. Ésa de no tener donde agarrarse y sentirse indefenso, es la que más me obsesiona y creo tiene una solución: ser consciente de nuestra vulnerabilidad y descubrir que somos seres interdependientes que nos necesitamos unos a otros. Por eso los personajes de mi último disco y de mi obra en general son personajes solitarios de este tipo.

Además, creo que los trato con bastante compasión. Por ejemplo, me da un poco de rabia con "Actores poco memorables" como estos personajes reconocibles y de trazo grueso de los que hablo con cariño, algunos me han dicho que hablo del típico facha y demás, y realmente no está siendo la visión del típico facha al que critico, está visto con cariño, la mirada a un tipo solitario que habla con su calcetín.

Quizá es más ácida la visión hacia los típicos progres que se arrepienten si no van a votar...

Pero es una mirada compasiva porque al final se siente un poco culpable...

Sí, pero en las conversaciones sociales es donde suelen sentirse culpables, para decírselo a los demás o buscar el perdón con ello...

Sí, sí, pero mi mirada es compasiva, que no te digo que esté exenta de cierta crítica y acidez, precisamente por eso llega a aparecer un personaje inspirado en mí.

Otra cosa que quería comentar contigo es el hecho de observar como según vamos envejeciendo, o discurriendo mejor dicho, cada vez estamos más cansados de nosotros mismos y, a la vez, aburridos de todo, una contraposición que me llama la atención. Tú, con respecto a la música, ¿es la forma en que huyes de estas amenazas?

Sí, probablemente la música sea una de las cosas que utilizo para ello. El título del disco, Resituación., el concepto es ése. Saber cambiar el foco, reaprender a ver el mundo de otra forma para no acabar cansado de ti mismo y de todo.

En la música, por ejemplo, Siempre he tratado de huir de algo que he escuchado mucho en otra gente, esto de "ya no escucho nada de rock", "ya nada me sorprende", basta con hacer el esfuerzo de resituarte para descubrir que cada vez tienes más música que no conoces, cuanto más envejeces, como decías tú, descubres más cosas que puedan emocionarte e ilusionarte de una forma como cuando tenías quince o veinte años y escuchabas música, pero para eso hay que hacer un esfuerzo diario de intentar, no sé, dejar que las cosas te emocionen, estar un poco abierto a que te entren y no encerrarte a ti mismo.

Pero, ¿cómo crees que se consigue esto? A mí a veces me dicen, "joder, es que parece que te estás obligando a hacer esto o aquello realmente". Esos empujones ¿se encuentran fuera de uno mismo o son pulsiones internas?

Depende de uno mismo, pero no veo malo obligarse a las cosas. Es verdad que esa emoción a la que apelamos está mucho más presente cuando eres más joven, más inocente. Al final, la mirada se endurece, estás más maleado, y es más difícil que las cosas te emocionen como antes. Entonces, hay que buscar obligarse. Es como cuando adquieres un compromiso con cualquier cosa de la vida con una relación, con tu trabajo, con la política. Para mi el compromiso es uno de los pilares fundamentales de la vida. Este compromiso exige hacer cosas que no querrías hacer, por eso es un compromiso, no una elección puramente personal. Esas cosas a las que te ves obligado a hacer sabes que son cosas necesarias para tener una existencia más sana y más abierta y al final que fluya más esa emoción.

Yo lo veo mucho en mis amigos que están empezando a tener hijos, es un compromiso muy radical, tomas conciencia de que tienes que desplazar la mirada de tu ombligo hacia otra persona. Nadie quiere cambiar pañales, pero lo haces por algo mucho más importante que tu insignificante existencia. Esta pulsión del compromiso la tenemos dentro, pero necesitamos que se proyecte hacia fuera para que otra mucha gente te agregue en ello. En el trabajo pasa lo mismo, que todo el mundo esté ilusionado para lo mismo, para que las cosas salgan bien.

Hablábamos antes de conciencia. Vamos a hablar ahora de consciencia. ¿Somos conscientes del mundo en que vivimos? Por desgracia en el día a día uno se encuentra con gente que tiene una inconsciencia completa de lo que está pasando, los típicos de "mientras sea a mi vecino al que le pase y no a mí"...

Absolutamente, sí, sí. Pero esto también se adquiere. A veces no sé cuál es el límite entre la consciencia y la conciencia. El discurso de "los seres humanos somos así", ese determinismo de toda va a ocurrir porque tiene que ocurrir me lo he encontrado mucho. Pero si alguien adquiere consciencia, es muy difícil que emprenda el camino de vuelta a la inconsciencia. Hay gente que parece que mira de recelo cuando alguien de repente adquiere esa consciencia como diciendo "mira, ahora que le tocan lo suyo, se da cuenta", pero bueno, si sucede esto, no está mal porque, de verdad, ya te digo que es difícil el camino de vuelta.

En otro orden de cosas, me gustaría saber si vas a participar en el nuevo trabajo de Xel Pereda con Lucas 15 y también cómo quedó en esta ocasión fuera de la Trama Asturiana que te acompaña musicalmente en tu nuevo disco.

Sí, la semana pasada presentamos en Gijón los nuevos temas. Cuando dejamos de tocar tras la gira de 2012, creo que Xel también acabó un poco agotado como yo. Él quería centrarse en el disco de Lucas 15 justo cuando yo quería arrancar con el nuevo y amistosamente dijimos "cada uno a lo suyo". Encontré a Joseba por suerte que es tan buen músico como él, con un estilo distinto, pero igual. Xel está grabando todo él para Lucas 15, salvo algunos arreglos de cuerda, y yo creo que cantaré en unos tres temas.

Quería comentarte también que aprecio en tu obra cómo paulatinamente el espesor dramático más formal, ha dado paso a otro espesor en el contenido universal y en la gravedad de la situación colectiva, en el problema social resumido en que estamos hechos polvo todos.

La verdad es que sí. Me lo dicen mucho. Incluso con críticas algo negativas en cuanto a la simplificación musical. Fui desplazando en las letras el hecho de que partieran todas del yo un poco al nosotros, a utilizar más la tercera persona lo que permitía quitar las capas de gravedad a las canciones, las melodías son menos retorcidas...

Es como si hubiera habido una transmutación del yo-individuo al yo-mundo...

Sí, ya a partir del segundo disco, desde los sentimientos íntimos y dolorosos ya pretendí que mi yo estuviera más en contacto con el mundo real siendo algo catártico. Las personas que surgen en mis discos viven en un mundo muy real. Nunca me interesó el amor en el sentido puramente romántico o las canciones escapistas, que me gustan mucho, pero yo nunca las cultivé, siempre he necesitado que la primera persona estuviera muy en contacto con la realidad.

"Actores pocos memorables", perfiles grises en un mundo turbio.

jueves, 14 de marzo de 2013

Entrevista a Alan Sparkhawk (Low, Retribution Gospel Choir).


Muy probablemente-por no decir seguro- Alan Sparkhawk pasará a la historia por ser la cabeza pensante -y sufriente- que se encuentra al frente de Low junto a su mujer Mimi Parker. Qué duda cabe que su legado musical es rotundo e indiscutible, una de las bandas que mejor ha sabido filtrar la tristeza a través de la inspiración para brindarnos obras inmortales a las que acudir cada que vez que deseamos purificar nuestro interior de la zozobra que agita nuestras vidas.

Sin embargo, no por ello hay que dar la espalda o dejar de reivindicar su vertiente más salvaje y eléctrica, aquella que presenta con su banda Retribution Gospel Choir -si queremos omitir su mucho más underground aventura junto a The black-eyed snakes, recomendabilísmos trabajos también-; un proyecto que comenzó sonando muy a garaje y que ha ido cogiendo un cuerpo más ampuloso y épico con el paso del tiempo. Su directo es plena catarsis. No dejéis de acudir a uno de sus shows si pasan por vuestra ciudad.

En esta ocasión, recupero una entrevista que pude hacerle hace más de dos años para Muzikalia con motivo de su gira por España. Conciso, incisivo y brillante. Refundemos este mundo.


(Originalmente publicado en Muzikalia)

Con motivo de la incendiaria gira que hace un par de meses Retribution Gospel Choir realizó por nuestras tierras, tuvimos la ocasión de intercambiar unas preguntas con su líder, el carismático e histriónico Alan Sparkhawk.

Seguro de sí mismo, tan profético como acostumbra, pero ante todo incorruptible y armado del que para servidor es sin duda uno de los discos más apabullantes del año, 2 (10) es su somero título, nos contestó certera y sinceramente, como traslucen las toneladas de sudor que destila sobre las tablas. 

2 (10) Suena mucho más expansivo y grandilocuente que vuestro debut. ¿Por qué decidisteis sonar tan rotundos? 


Hemos estado tocando muchos conciertos y nuestro sonido en vivo era cada vez más agresivo y dinámico. Tal vez hay más confianza ahora y podemos hacer cosas más audaces. 

¿Se asemeja más a lo que es para ti Retribution Gospel Choir este nuevo disco que el anterior?

 
Sí, creo que es una impresión correcta. El primer disco se hizo cuando estábamos empezando con la banda. Tocar juntos en vivo es lo que ha ido confeccionando nuestro propio sonido. 

Personalmente tu nuevo trabajo me parece extraordinario: enérgico y auténtico. Sin embargo, algunos fans no han quedado satisfechos de esa dirección hacia el rock explosivo. ¿Crees que se debe a los prejuicios que impiden a algunos oyentes diferenciar los trabajos con tus distintas bandas?

 
Cada cual acude a la música de diferentes maneras. Puedo entender que para algunos lo que he hecho en el pasado se haya convertido en algo tan valioso que le resulte difícil una relación directa con otra cosa que le suponga falta de familiaridad. Yo me siento a veces de la misma forma cuando miro hacia el pasado de los artistas, así que no puedo preocuparme por esto. Tengo que seguir la voz que siempre me lleva hacia lo auténtico. 

Algunas canciones del debut forman también parte de trabajos de Low. A la hora de componer música, ¿decides antes para qué banda irá cada canción o la decisión es posterior a su existencia?

 
Cuando se crea la canción, por lo general es ella la que me dice lo que necesita de mí. Yo no compongo con ninguna intención previa –yo no voy y me siento, y elijo un tema o pensamiento y me pongo a escribir sobre él-. Los fragmentos vienen a llenar los espacios de una manera honesta y, a veces, aparece la canción. 

¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración a la hora de componer?

 
Todas, no elijo. Amo las grandes canciones y trato de hacerlas tan buenas como puedo. 

Escuchar vuestra música es un ejercicio de purificación tanto para el oyente como para el músico. ¿Consideras la música un elemento básico para limpiarse por dentro? ¿Crees que es esa la función primordial que debería tener el arte?


Creo que la música es un lenguaje más profundo y cercano al que hemos hablado antes de venir a La Tierra y lo que cantaremos después de la vida será aún más bello. 

En una sociedad tan superficial como la actual, llama mucho la atención la manera trascendental con la que enfocas tu obra. ¿Por qué crees que erróneamente a mi entender, se valora tanto lo artificial y lo hueco y se intenta huir de aquello que hace cuestionarte cosas?


Eso es porque somos egoístas y temerosos. 

(en el momento de hacer las preguntas) Vais a comenzar una extensa gira por España. ¿Qué recuerdos o anécdotas has vivido en anteriores conciertos por aquí?

 
Nuestro primer concierto en España fue en el festival Tanned Tin. Desde el momento en que conocí a los chicos que nos ayudaron en el concierto, sabíamos que vuestro país sería un gran amigo. La gente es muy de corazón, por eso es tan pura la música allí. 

No puedo terminar este cuestionario sin preguntarte por los abrasivos trabajos de The Black-Eyed Snakes, los cuales amo. ¿Es un proyecto ya muerto o resurgirá en un futuro?

 
Las serpientes dimos un concierto justo la semana pasada y fue salvaje. Hemos estado haciendo shows, pero sin viajar mucho. Nunca desaparecerán.



Una pequeña muestra del intenso directo de Retribution Gospel Choir. Electrizantes.



jueves, 28 de febrero de 2013

Entrevista a Pumuky (Jaír Ramírez).


(Entrevista elaborada y publicada originariamente para la revista Muzikalia en 2011).

Pumuky, el colectivo de artistas canario compuesto por Nacho Yoldi, Vicente Rosati, Edu Martínez, Arturo Rodríguez, y los hermanosNoé y Jaír Ramírez, regresaron este año con Plus Ultra (11), un disco elaborado y rico donde se demanda una digestión lenta y libre, una predisposición para dejarnos atrapar por su universo subyugante. Con motivo de dicho lanzamiento, tuvimos la ocasión de entrevistar a Jaír Ramírez para que nos facilitara el pasaje hacia el viaje iniciático que es su música.

Después de un disco tan impactante e intenso como fue “El Bosque en llamas” (2009), tan crucial en vuestra carrera y que considero un crecimiento como banda extraordinario ¿Cómo afrontasteis su continuidad en estudio?
Gracias por tus palabras. No recuerdo haber pensado en “El bosque en llamas” mientras trabajábamos en “Plus Ultra”. Teníamos un nuevo puñado de canciones que queríamos compartir y nos pusimos a trabajar en ellas, pero no planteamos ningún tipo de continuidad, no hubo ninguna reflexión en ese sentido… aunque entendería que alguien pueda trazar líneas continuistas entre ambos trabajos, no dejamos de ser las mismas personas haciendo lo mismo, canciones…

¿El resultado tan soberbio de ese incendio os pudo llegar a ejercer como presión o, por el contrario, como incentivo para poder llevar su excelencia más allá?
“El bosque en llamas” no se convirtió en un listón donde compararnos… es solo pasado, y soy poco nostálgico del pasado, al menos por ahora. Intentamos hacer las cosas lo mejor que sabemos y podemos en cada momento, esa es la mayor presión que podríamos tener, que yo no lo llamaría presión, llámalo vértigo mejor, y es lo que más satisfacción nos da de toda esta historia, mirar hacia un lugar e intentar alcanzarlo… y si se llega es un asunto menor, el premio es el camino ¿Qué otra cosa nos podría preocupar? Si la tierra nos tragara ahora mismo pocos se percatarían de ello, y qué poco importaría además… cada paso hacia delante es una celebración…

Tras las pertinentes escuchas de “Plus Ultra” (2011), da la impresión de que es el primer trabajo donde vuestra libro de estilo se define de forma completa, el primero en el que ya podemos hablar de cómo suena Pumuky sin tener que recurrir a hablar de influencias o referentes externos ¿Estáis de acuerdo?
Posiblemente sea el trabajo donde el resultado final se acerca más a cómo sonaba en nuestras cabezas antes de registrarlo… algo vamos aprendiendo con el tiempo. Parte de la culpa la tiene también Raúl Pérez, nuestro aliado en la grabación, que nos dio la dirección justa y precisa para encaminarnos hacia donde necesitábamos. De todas formas pienso que “Plus Ultra” está altamente ligado al resto de nuestra discografía, y que en toda ella, para bien o para mal, se percibe un aroma de identidad marcado. Canciones como ´Phoebe´ o ´Ángulo áureo´, por citar algunas, podrían haber aparecido en “De viaje al país de las tormentas” o “Los exploradores perdidos” sin ningún problema…

Destaca ciertamente una línea homogénea a lo largo de su trayecto, alejado de los picos y valles tan pronunciados de “El Bosque en llamas” ¿Decidisteis hacer un disco no tan al límite de las emociones, más contenido y sutil sin abandonar las señas de identidad, quizá?
Respeto en todo caso tu percepción del asunto, pero en mi opinión canciones como ´Quinta da Regaleira´, ´Pleamar´, ´La razón encarnada´, contienen picos tan pronunciados como cualquier otro que hayamos alcanzado tiempo atrás. No hicimos en ´Plus Ultra´ ejercicio de contención ninguno, aportamos a las canciones lo que cada una nos pedía… desde la tenue ´Phoebe´ a la violenta ´Causa Vs Efecto´, dos canciones nada homogéneas entre sí…

El desboque de la electricidad y el lamento deja ahora mayor amplitud de campo al resto de instrumentación. ¿Pensáis que es vuestro disco más elaborado en cuanto a sonido o planteamientos globales como banda?
No sabría muy bien qué contestarte… por un lado es el trabajo que he escrito en menos tiempo, y como en el resto de ocasiones apenas lo ensayamos antes de entrar a grabar, por lo que cierto caos e improvisación tuvieron su protagonismo… pero por otro lado es la vez que más días hemos podido permanecer en el estudio, y disfrutamos de cierta calma y tranquilidad grabando, más tiempo para probar cosas… por lo que creo que sí, que puede ser nuestro disco más elaborado hasta la fecha…

La maravillosa ´Quinta de Regaleira´ ha sido el tema elegido como single. Contadnos un poco qué se esconde detrás de la –para mí-mejor canción de Plus Ultra y la historia que hay tras su inquietante vídeoclip marítimo dirigido por Nacho R. Piedra.
´Quinta da Regaleira´ es una de mis paradas predilectas en Portugal, un enigmático lugar que desprende encanto y misterio a partes iguales. La primera vez que lo visité quedé muy impactado porque tuve esa extraña sensación de haber estado antes allí. Escribí la canción regresando en mi mente a aquel lugar, a sus oscuras grutas, sus jardines, su pozo iniciático, toda su simbología oculta, su espiritualidad…para luego representar el deseo carnal, en el extremo opuesto, o no.

Sobre el significado del vídeoclip que ha realizado para la canción nuestro admirado Nacho R. Piedra… solo hay que escuchar lo que dicen los peces…

Los cortes instrumentales me hacen retomar vuestra filia hacia el post rock, género que particularmente adoro y del que considero habéis realizado buenos ejercicios de estilo. ¿Qué grupos consideras como la mayor influencia o mayor evocación propia como oyente a la hora de desarrollar pasajes instrumentales?
Nos gusta plantear instrumentales, es una forma de oxigenarnos, de trazar puentes entre diferentes sonoridades; pero no somos una banda de post rock, aunque a algunos de los miembros de la banda nos gusta el género… grupos como Slint, Mogwai, Godspeed You! Black Emperor, Mono…

No puedo dejar pasar por alto la posibilidad Jaír, como autor de letras tan expuestas y valientes, de preguntarte si consideras que el desequilibrio, la carencia, el deseo o el conflicto son los estados naturales para que surja la inspiración mayor a la hora de escribir canciones; si la estabilidad, consideras, hace bajar demasiado la guardia para que el arte se filtre de manera pura.
No lo sé con certeza; es posible que ciertos estados de ánimo te ofrezcan una percepción particular que se convierta en un buen caldo de cultivo para crear, un estímulo poderoso que incite a la expresión, pero no creo que sea la única manera de llegar a un impulso creativo puro. Un buen autor podría tener la capacidad de disertar incluso sobre lo que no ha vivido o sentido… de la misma manera o intensidad? No lo sé…

Narcotizar el dolor ante la pérdida o el miedo a perder aquello que da sentido a nuestra existencia y más cuestiones metafísicas y humanas a la vez, son en buena parte el mensaje que de una forma tan sobrecogedora y honesta muestra Pumuky. Elogio esa actitud. ¿Pensáis que en estos tiempos tan vertiginosos donde todo va tan rápido y es todo tan vano vuestra propuesta sea contraproducente a los consumidores compulsivos del arte en los que se han convertido las audiencias?
Parece que a mucha gente le da miedo pararse a pensar, a sentir… o no tendrán tiempo, tienen tanto que observar en los apéndices que salen de sus cuerpos, en forma de pantallita…

Si hay alguien que pueda sentir rechazo hacia nuestra música porque ésta le hace cavilar, sentir… no podemos hacer otra cosa que celebrarlo, no?..

Muchísimas gracias por seguir haciendo una música tan necesaria para nuestros adentros.
Gracias a ti por estar al otro lado del receptor…

Quinta de Regaleira, evocador ejercicio de emoción sin destilar.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Entrevista a Patterson Hood (Drive by truckers)



(Entrevista elaborada originariamente para la revista Muzikalia).

Hablar con Patterson Hood de cara a la salida de su nuevo trabajo en solitario, Heat lightning Rumbles in the distance, es la excusa para ahondar mucho más en el corazón y la cabeza de uno de los líderes de Drive By Truckers y, sobre todo, un alma sentida y lúcida. Este es el resultado de una elocuente y fluida charla junto a él.

Heat Lightning Rumbles In The Distance (12) tiene su origen en un libro que comenzaste a escribir a principios de los noventa y que finalmente abandonaste. ¿Cómo surge el hecho de recuperar ese trabajo y transformarlo en un disco?
En realidad viene de un libro que estaba escribiendo el año pasado que fue, a su vez, abandonado a principios de los años 90. Se basa libremente en mis experiencias en ese momento. Me encontraba deprimido profundamente. La historia se apoya en cómo había llegado a esa época de mi vida y la vuelta a la tortilla, pero por ahora el libro se ha cerrado indefinidamente. Ello generó un montón de canciones de las que estoy muy orgulloso. Algunas basadas en el libro y otras ajenas por completo. Estas canciones representan mi nuevo álbum.

El resultado final del disco, ¿difiere mucho del planteamiento que tenía el libro?
Cerca de 4 canciones están relacionadas con el libro. El resto están profundamente arraigadas a cómo es mi vida en estos momentos. El equilibrio entre la familia y la banda, el hogar contra la carretera, mucha nostalgia y la pérdida de un familiar querido. Es un disco muy personal. Probablemente el más personal de mi discografía.

Dices que su escritura corresponde a un periodo difícil de tu vida. ¿cómo ves con el paso del tiempo esos duros momentos y cómo ha transformado la distancia su conversión en canciones?
Componer canciones fue mi tabla de salvación, mi única salvación durante ese terrible espacio de mi vida. El libro era una especie de carta de amor y de agradecimiento al hecho de poder escribir canciones. Ese aspecto no es tan dominante en el disco, pero como te digo, tiene algunas de mis mejores canciones.

¿Qué diferencias existen entre Heat lightning rumbles in the distance y tus anteriores trabajos en solitario?
Fue escrito y concebido en un periodo de tiempo más corto que probablemente todo lo que he hecho. Escaso, y creo que musicalmente precioso. Sin duda suena a la música más bonita que he hecho nunca.

Has contado en su creación con artistas que admiras como Will Johnson, tu padre el bajista David Hood y tus compañeros de Drive By truckers. ¿Han sido colaboraciones que buscabas de antemano o han ido surgiendo?
Tenía una idea muy clara de cómo quería que sonase cada canción. Más específicamente de lo que he hecho nunca. Sabía exactamente a quién recurrir en busca de los sonidos que estaba buscando y buscaba gente que se entregara. Trabajar con mi padre es siempre un placer especial. Él es un músico increíble y un tío genial. No hemos tocado juntos lo suficiente. Echale una escucha a su discografía. Es increíble.

A la hora de componer una canción, ¿cómo sabes si será utilizada por ti o si la reservarás para Drive By truckers?
Ahora mismo estoy escribiendo para el próximo álbum de DBT, para cuando quiera que se concrete. Jamás me he propuesto de antemano escribir un álbum en solitario. Sucedieron por accidente, por lo menos hasta ahora. Killers and Stars (04) vino de componer canciones de las demos que estaba escribiendo en la primavera de 2001. La misma mezcla de canciones que generaron  el álbum de DBT Decoration Day (03). Había buenas canciones que no eran las adecuadas para la dirección que tomaba ese álbum y se convirtió en mi primer disco en solitario. Murdering Oscar (09) surgió de un grupo de canciones realmente viejas que precedió a DBT unos pocos años. Escribí un lote de otras nuevas para ir con las viejas y se convirtió en mi segundo disco en solitario. Esta vez, había esbozado unas cuantas canciones escritas a raíz de trabajar en ese libro. Iba en un viaje con mi familia e hice un playlist de mis nuevas canciones para escucharlas a lo largo del viaje. Esa lista casi se convirtió en el modelo para el álbum terminado. Casi la secuencia exacta. Sabía la primera vez que las escuché que se convertirían en un álbum y reservé el tiempo de estudio tan pronto como regresé. Escribí la última canción para el álbum, "After The Damage", en ese mismo viaje.

Estamos viviendo momentos muy duros a nivel mundial con graves problemas económicos, sociales, corrupción, etc. ¿Cómo influye eso en ti a la hora de ponerte a escribir canciones?
Me siento profundamente afectado por los problemas a los que nos enfrentamos desde la perspectiva de la cultura. Pasé tanto tiempo echo polvo, profundamente deprimido y viviendo una situación casi desesperada que nunca pensé que podría escapar de eso, así que no puedo dejar de simpatizar hacia las personas afectadas por este tipo de cosas. Mi cambio de suerte todavía me asombra desde la humildad.

Si te parece, vamos a hablar un poco de Drive by truckers, una banda que adoro. ¿Con la perspectiva del tiempo qué disco de Drive By Truckers es tu preferido y por qué?
Estoy orgulloso de mi banda y su legado. Estoy muy orgulloso de ello. Hemos publicado un montón de música y la mayor parte es bastante buena. Las canciones flojas o desganadas son la minoría. A veces nos gustó experimentar en direcciones que no funcionaron del todo y  fallamos un poco, pero no hay nada que me avergüence, que con más de 150 canciones por ahí es bastante bueno, creo. Con mucho gusto comparo nuestro peor álbum con cualquier peor álbum de otras badas. Nuestro peor álbum es mejor que la mierda de peor álbum de los Rolling Stones. (Carcajadas).
Mi favorito si tuviera que elegir uno, sería el Decoration Day (03). Hay algo muy especial en él. Brighter than creation´s dark (08) salió bastante estelar; estoy muy orgulloso de las actuaciones y el tramo que hicimos estilísticamente con Go-Go Boots (11). Creo que The Big To-Do (10) es probablemente nuestro disco más infravalorado. La gente no parecía conectar casi nada, pero me gusta mucho.

Un amigo mío comenta que Decoration Day le salvó de un momento realmente malo y es un disco extraordinariamente hermoso y oscuro. ¿Sirvió de catarsis su creación para los miembros de la banda?
Escribí esas canciones (las únicas que escribí) durante el segundo periodo más oscuro de mi vida (próximas al periodo del libro que abandoné, que fue incluso más mierdoso). Escribir esas canciones fue muy catártico, en efecto. En el momento en que grabamos el álbum, nuestras vidas habían cambiado drásticamente para bien. La grabación de ese disco fue mágica. Una etapa estupenda en el estudio. Muy creativa. Muy emocionante.

Quizá te resulte extraño, pero mi disco preferido de los Truckers es A Blessing and a Curse (06); canciones tan bellas como "A World of hurt" o "Space city" siempre me acompañan. ¿Es un disco del que no estás especialmente satisfecho?
Como ya te he dicho, estoy orgulloso de todos nuestros discos, pero este representa probablemente a lo que me refería cuando dije que tratamos de hacer cosas que no funcionaron del todo. Estábamos pasando por un mal momento como banda. Había un montón de malas energías en el estudio que nos impidió ser tan productivos como podríamos haber sido. Las dos canciones que mencionas son dos de mis canciones favoritas de nuestro repertorio. Estoy muy orgulloso de esas canciones, pero el disco tiene algunas de las que no estoy tan satisfecho. Estábamos intentando algo que no éramos muy capaces de alcanzar todavía. En muchos aspectos, considero que The Big To-Do es un intento de hacer las mismas cosas, pero mucho más cerca de la meta que buscamos.

Dentro de poco te veremos en directo por España junto a  Will Johnson y Craig Finn. Cuéntamos como serán esos directos.
Will y Craig son dos queridos amigos míos y yo soy un gran fan de sus bandas y canciones. Dos de mis artistas y compositores favoritos. Vamos a estar sentados juntos, haciendo turnos en escena... Va a ser increíble. No puedo esperar a hacerlo. ¡Nos vemos allí!

My Sweet Annette es una de las composiciones más bellas creadas por Hood para Drive By Truckers.

lunes, 29 de octubre de 2012

Entrevista a Dominique A.



Recupero para el blog la entrevista que hice en Muzikalia a Dominique A, uno de mis artistas preferidos. Nos retrotraemos tres años, a la salida de La Musique, un disco espartano y bello a la par.

(Publicado originariamente en Muzikalia).


Por fin hemos disfrutado la edición en España de La Musique (09), enésima demostración del saber hacer de Dominique A. No podíamos dejar pasar la oportunidad de que este trovador de candores y desgracias nos iluminase con su lúcida y viva forma de contar y vivir la música. 

Tu nuevo disco La Musique, parece buscar la esencia pura de la canción, su esqueleto. ¿Es su concepción y objetivo ese? 
Quizá. De hecho, cuando una canción parecía tener todo lo que necesitaba, no insistía más en ella. Quería algo inmediato, algo alejado de la sofisticación de los últimos discos. 

Sus bases y sus ritmos parecen la otra cara de la moneda de la asfixia que transmitía el ya lejano Remué y se aleja del espíritu expansivo de L´horizon o la sobrecarga de Tout sera comme avant. ¿Cómo lo definirías emocionalmente? 
He intentado hacer un disco muy básico, tanto como puedo hacerlo sin traicionarme a mí mismo. Buscaba más luz emanando de su totalidad. Canciones como “Qui es tu?” evocan claramente a Remué porque a veces no puedo evitar sonar al gótico de antaño, pero en muchas otras, la atmósfera me parece mucho menos nublada que en el pasado. 

Has afirmado en entrevistas que, con este disco, querías buscar un regreso a tus inicios musicales. ¿Cómo fueron y cómo has intentado revivir esos inicios? 
Grabando en casa con máquinas, tocando menos la guitarra, y evitando usar la acústica (excepto en “Hasta”), de forma muy urgente, sin ordenador… por eso dije que era una vuelta al antiguo método. Pero siempre teniendo en mente durante la grabación que eso debería ser mezclado por mi viejo colega Dominique Brusson (Remué, L´horizon), con sus propuestas específicas de mezcla, usando efectos… ¡Mis inicios fueron mucho más anárquicos, por supuesto!, y estaba obsesionado por la idea de autenticidad, de no mentir con la produción y los efectos, muy cerca de la concepción lo-fi, del fascismo lo-fi, deberíamos decir. He cambiado mucho en ese aspecto, y ahora, realmente me gusta usar la tecnología si aporta belleza a una canción. 

Junto a La Musique encontramos un CD extra, La Matière, en principio sólo pensado para internet y finalmente editado en formato físico. Es un trabajo mucho más experimental, más arriesgado. ¿Estás de acuerdo? 
Sí, es como un camino con diferentes partes, que toma distintas curvas mientras que La Musique es como un camino estrecho, como un tunel, fueron hechos a la vez y me tiré largo tiempo separando ambos bloques. 

A lo largo de todos estos años, ¿Qué se ha mantenido inalterable en la concepción musical de Dominique A desde La Fossette a La musique, y qué ha cambiado? 
Lo que ha permanecido: la misma necesidad de urgencia cuando comienzo a trabajar en algo, creer en las virtudes de la impaciencia y el mismo júbilo cuando una canción surge como prueba de su valor. Qué ha cambiado: mi gusto por trabajar con gente, sin estar obsesionado por el control, al contrario, estando sorprendido por sus propuestas, y orientando las canciones en base a lo que ellos aportan. 

Me crea curiosidad cómo vas a adaptar estas nuevas composiciones al directo, ya que me parecen muy elaboradas sin parecerlo, muy detallistas y sutiles. ¿Cómo será su plasmación en vivo? 
No muy distintas al Lp, pero mucho más orgánicas: habrá un batería, guitarras pesadas mezcladas con sonidos electrónicos. Conciertos muy físicos, como siempre. No sobreestimes mi supuesto perfeccionismo No soy uno de esos freaks que se tira una semana buscando un sonido óptimo para sus percusiones. Esos tíos están bien lejos de mi vida. 

Hablando de conciertos, vas a hacer un extenso tour por España. Zaragoza, Madrid, Barcelona, Cádiz, Granada, Salamanca, Murcia…, ¿Cómo te sientes tocando aquí? ¿Cómo definirías a la audiencia española? 
Me encanta siempre tocar en España, escapar de la obsesión que hay en Francia por las letras y sentir un verdadero entusiasmo en cualquier lugar por la música y nada más que por la música. No voy a definir a la audiencia española, porque no me gusta definir a la gente con unas cuantas palabras, pero puedo decirte que siempre voy allí con buenísimas vibraciones. Mi reciente y creciente popularidad en vuestro país sigue siendo un misterio para mí. 

¿Te veremos en algún festival por España? ¿Cuál es tu festival veraniego favorito? 
No sé. Quizá sí, quizá no. De hecho para mí, los festivales de verano son el peor contexto para escuchar música. Son sitios perfectos para beber, tomar algunas drogas y vomitar, demasiadas cosas para compartirlas con la música. La última vez que toqué en un festival de verano, mientras cantaba “Il est là, l´horizon” (“Ahí está, el horizonte”) veía pequeños camiones vaciando Wc´s portátiles entre las tiendas. No creo que se pueda hablar de hacer música en ese entorno. 

Vayamos al núcleo de tu creación artística. La melancolía y la nostalgia han sido siempre sensaciones que he asociado a tus canciones. ¿Surgen siempre de tus experiencias, de tu mirada al pasado, del recuerdo? 
Yo creo que es el caso del 90% de la buena música, y del buen arte, por extensión: la melancolía y la nostalgia son el ojo del huracán, el centro de la batalla, aún si no te identificas plenamente, algunos recuerdos son respuesta a esos sentimientos. Pero, ¿por qué hacer arte si reniegas de ellos? Considerando mi caso, supongo que el sonido de mi voz los evoca especialmente, no sé por qué, y de hecho, no quisiera saberlo. Cuando canto, incluso cuando intento resultar divertido haciéndolo, la gente siempre cree que estoy pensando en comprar una cuerda para ahorcarme. 

¿Crees que los estados radicales de la persona: la pasión, el sufrimiento, la tristeza son los más estimulantes para la creación o con los años, con la experiencia, la búsqueda del equilibrio y el sosiego evita estos polos y fabula más con la creación de historias ajenas? 
Buena pregunta. Sin respuesta. Quizá con el tiempo, es una fusión de ambos polos. Cuando empiezas, lo haces con pasión, con los sentimientos más extremos, pero cuando centras menos la atención en tí mismo, y adquieres distancia con tus emociones, puedes hablar de algo más que de tí mismo. El balance perfecto debería ser la finalidad del arte. Creo que los sentimientos extremos permanecen, pero aprendes a no ser invadido por ellos. 

Como fan querría recordar algunos títulos importantes para mí de tu cancionero para que los asociases con la primera palabra o frase que te sugieren hoy en día. Allá van: 

Vivement dimanche: El principio de la historia.

Les hauts quartiers de peine: Apología de la tristeza, y una de mis mejores melodías pop. 

Le commerce de l´eau: Siempre me recuerda el momento en el estudio, escuchando el resultado después de un día de trabajo y no podía creérmelo de una canción que, por la mañana, se suponía que era folkie. 

Mira: Uf, no es de mis favoritas. Demasiadas cuerdas suaves, una guitarra acústica demasiado limpia, la letra tampoco me convence… lo siento. 

Rue des Marais: Lo más a flor de piel. Mi obra maestra, si es que hay alguna. Conseguida a la primera, en casa una noche. 

Immortels: El tipo de canción que un cantante siempre va tras él. No es un punto de vista muy modesto, pero lo asumo. 

Dans un camion: El tipo de canción que un cantante rechaza. 

Inmortels es posiblemente la canción más hermosa que contenía su álbum La Musique. Los arreglos que abrigan el tema son de una exquisita factura y al entrar elevan la canción a lo más alto.

viernes, 13 de julio de 2012

Entrevista a Nacho vegas


(Publicado Originariamente en Muzikalia)

Nacho Vegas


"Posicionarse ante determinados hechos es para mí un deber moral"

Abril 2012 - Raúl del Olmo

A veces dedicarse desde el lado furtivo y precario a esto de escribir sobre música tiene sus recompensas. Y la tiene por cosas como entrevistar a Nacho Vegas.



Como apasionado de su música, no pocas veces he podido dedicarle líneas elogiando virtudes y condenando defectos de su carrera, pero lo que desde luego nunca me ha decepcionado es su posicionamiento inquebrantablemente sincero, lúcido y comprometido.


En esta extensa entrevista, el asturiano me volvió a demostrar todas y cada una de estas consideraciones.


Haciendo retrospectiva sobre tu carrera, Nacho, me da la impresión de que has pasado de tener un estilo narrativo y descriptivo en tus canciones donde parecías no limitar su expansión, a una forma de componer más concreta y precisa hasta llegar a La Zona Sucia (11). ¿Obedece a una necesidad expresiva, artística o es algo coyuntural?


No, en absoluto es algo coyuntural. En alguna entrevista pasada se malinterpretaron mis palabras y daba la sensación de que había hecho canciones más cortas para que “cupiesen” en la edición en vinilo del álbum y obviamente eso es algo absurdo. En estas canciones sentí la necesidad de ser más sintético. La incontinencia es algo que a veces hay que reprimir; yo la admiro en algunos artistas, y en muchas ocasiones he sentido una pulsión que me empujaba a ella sin remedio, pero a la vez siempre creí que debía despojar a las canciones de todo aquello que no fuera necesario. Cuando escucho discos suelo advertir mucho más las cosas que sobran que las que faltan, y me pasa con los míos también. Coge a Daniel Johnston, por ejemplo. Lo que hace que sea un escritor de canciones tan genial es su sencillez, lo arrebatadoras que resultan esas canciones solo con su voz y un acompañamiento mínimo. Pero claro, llegar a ese grado de sencillez requiere un talento que no todos tenemos.


Vivimos tiempos convulsos, qué duda cabe. ¿Consideras que el compromiso social o la ideología en el artista son algo fundamental?


Desde luego, no entiendo la música sin que haya un grado de compromiso con la realidad, con el mundo en el que vives. No estoy hablando de algo explícitamente político; ese compromiso se puede percibir en el rocanrol primitivo, en la rumba festiva, en el jazz o en la cumbia. Lo que mata a la música es el desapego con la realidad. Eso ha pasado mucho en el mundo del pop: artistas que han dejado de hacer cosas interesantes cuando tienen éxito, alcanzan la fama y se recluyen en su torre de marfil, cuando pierden contacto con el mundo real. Mike Leigh decía que un director de cine nunca debería dejar de coger el metro, y eso es algo también aplicable para los que hacemos canciones.


Al hilo de esta cuestión, admiro tu valentía y arrojo al posicionarte de una determinada forma ante determinados hechos. ¿Es algo que echas de menos en compañeros de profesión? ¿Te irrita el tono inocuo de la mayor parte de los factores artísticos que, a mi juicio, actualmente presenta la escena musical?


Un poco sí, la verdad... Posicionarse es para mí un deber moral, y no creo que haya nada de valentía en ello. Quiero pensar que las cosas están cambiando, pero hace años la situación era más bien deprimente. El indie fue muy excitante al principio porque se creó una escena de la nada con grupos, sellos, fanzines, etcétera, que no tenían cabida en la gran industria. Pero después vino a ser la voz de una clase media muy desmovilizada y reaccionaria, aferrada a esa actitud tan cínica hacia todo, algo que aún veo en mucha gente, ese sarcasmo idiota tan condescendiente... Uf, eso sí que me cansa mucho. No hubo una alternativa al mainstream realmente crítica y eso es una pena, porque fueron años en los que nos iban echando poco a poco paladas de esta basura neoliberal en la que ahora estamos metidos hasta el cuello sin que apenas hubiera protestas. Hubo excepciones, claro, como el colectivo Ladinamo, en el que estaba involucrada gente relacionada con la escena indie y que supuso un foco cultural de resistencia activa desde la izquierda, del que hoy siguen saliendo muchas propuestas interesantes.


¿Hasta qué punto a Nacho Vegas como público la persona que hay detrás de una manifestación artística, el hecho de que sea un canalla o un ser despreciable, puede influirle en la apreciación y la posterior valoración de su obra? ¿Es posible abstraerse de ello? ¿Es moralmente aceptable?


A veces es difícil abstraerse de ese culto a la personalidad que rodea al mundo del arte en general y que es bastante estúpido, pero cada uno debe saber minimizarlo. A mí por ejemplo me gustan las novelas de James Ellroy pero él me parece un personaje repugnante. No sé cuánto habrá de impostura en ello pero no tengo el mínimo interés en averiguarlo. Uno de mis escritores favoritos es Pessoa, que era de derechas, y también lo eran Céline o Dámaso Alonso. Pero todos ellos lanzan una mirada muy crítica al mundo y revelan cosas de él. Lo que no tolero es el inmovilismo. En la música, por ejemplo, esas canciones planas que no me dicen nada sobre la vida, sobre mi vida. Eso que cantaban los Smiths en “Panic”...


¿Eres mitómano? ¿Entiendes que parte de tu audiencia llegue a mitificarte de forma solemne o sarcástica? ¿Qué sensación te causa?


Yo creo que la excesiva mitificación mata al arte, pero hay una cosa buena que tiene la cultura popular, o la del rock en particular, y es que crea mitos que se vienen abajo con mucha facilidad porque tienen mucho de ridículo. Es algo paradójico. Yo soy bastante mitómano, pero me encanta leer libros sobre, por ejemplo, el Nueva York de los 60, la época de la Factory y todo aquello, y comprobar que todo era bastante miserable y absurdo. Y sin embargo precisamente por eso no deja de fascinarme. Es un poco como ese lema de “kill your idols”...


Anteriormente has coqueteado con vías expresivas tales como los relatos cortos, llegando a publicarlos o a participar en filmaciones como la de El fulgor de Ramón Lluis Bande. ¿Has pensado en repetir alguna de estas experiencias? Hablando del escritor Ramón Lluis Bande, ¿habéis pensando en resucitar el proyecto Diariu?


Bueno, sigo escribiendo de forma paralela a las canciones pero es algo que requiere otro tipo de disciplina y de orden así que... no sé, tengo algo en proceso pero de momento no puedo decir mucho. Ramón Lluís es un gran amigo mío y seguimos colaborando de cuando en cuando de diferentes maneras. Ahora mismo está en marcha una serie de retratos audiovisuales llamada (ende) que está llevando a cabo con Luis Argeo, otro realizador asturiano, y yo he colaborado con algunos fragmentos musicales. La primera parte de esta serie se acaba de estrenar en LABoral, en Gijón. Es difícil de explicar en pocas palabras, pero se lo recomiendo a cualquiera; se trata de un recorrido por todo el litoral asturiano en el que van tomando la palabra hombres y mujeres que se van encontrando por el camino. Además, Ramón Lluís siempre está ideando cosas y sí que hemos hablado de hacer algo parecido a El fulgor, pero ahora mismo mi relación con las cámaras es más bien de antipatía mutua, así que de momento no lo veo...


La defensa de la lengua como patrimonio cultural y factor de identidad de un pueblo creo que es algo también crucial en estos tiempos globalizadores tan peligrosos. Supongo que parte de eso late tras la existencia de Diariu o más recientemente de Lucas 15 junto a Xel Pereda. ¿Habrá una pronta continuación a este proyecto más reciente?


Bueno, algo de militancia es inevitable cuando se trata de usar el asturiano, porque la condescendencia, cuando no directamente el desprecio, que los políticos que gobiernan en Asturies muestran hacia la llingua está consiguiendo que poco a poco desaparezca totalmente de los núcleos urbanos. Así que en cierto modo se trata de una actitud de resistencia, y de demostrar que el asturiano sigue vivo en la cultura y en la tradición. Xel acaba de grabar “Soledá”, una adaptación preciosa de un poema de Mánfer de la Llera, y sí, más tarde o más temprano supongo que habrá una continuación de Lucas 15.


Hablando ahora sobre alguna de las bandas en las que has militado, ¿cómo recuerdas tus días en Manta Ray? ¿Ves posible una reunión puntual, es algo que te gustaría?


Fue una época muy excitante, porque el recibimiento del primer disco nos sorprendió a todos y prácticamente de un día para otro empezamos a tocar fuera de Asturias, y compartimos escenario con muchos de los que hoy siguen siendo muy buenos amigos, como la gente de El Niño Gusano o Mercromina. Pero en realidad yo estuve en los dos primeros álbumes y la trayectoria de Manta Ray fue después mucho más larga y fructífera, así que si se llegaran a reunir sería más bien cosa de ellos cuatro.


Tu paso por Migala y aportación a discos como Arde, ¿hasta qué punto fue una experiencia que enriqueció tu carrera?


Fue importante, claro, hacer discos y giras es siempre un trabajo colectivo en el que tienes que dar y recibir, y de todos los que formaban Migala aprendí mucho, y además estaban en un momento magnífico. Pero fue un poco extraño volver a la disciplina de una banda, y por eso fue breve. Migala era un grupo de personas con muchas cosas en común pero a la vez muy heterogéneo, y eso trae consigo resultados estupendos pero también muchas complicaciones.


Siempre te ha gustado compartir aventuras artísticas con otros compañeros como con Enrique Bunbury o Chirstina Rosenvinge. Aparte de ese intento no concretado que comentaste por encima de hacer algo con Calamaro tiempo ha, ¿tienes idea de repetir esta experiencia con alguien en concreto? En caso de poder hacerlo con algún artista fuera de España, ¿quién te haría más ilusión?


Sí, cuando haces música ya te digo que compartir es algo muy importante, pero para hacer colaboraciones tan profundas como las que hice con Enrique o Christina se tiene que producir un encuentro y ver si salta la chispa. No es algo que se pueda planificar previamente, así que prefiero no decir nombres... Ahora mismo estoy involucrado en Fundación Robo, que es una plataforma colectiva de la que está resultando una experiencia muy chula.


El fetichismo que aún sentimos algunos por el formato en el arte y la música en concreto, ¿crees que sobrevivirá a la futilidad del aquí y ahora al apreciarse en estos días el arte como una forma más de consumo rápida e inmediata?


Está claro que existe una gran industria del ocio y el entretenimiento que se alimenta de una buena parte del arte, pero hay otra parte importante de la cultura popular que siempre ha sido un foco de resistencia y hay que saber preservar eso. En el mundo de la música ahora vemos cómo las grandes multinacionales y grupos de comunicación que copaban el mercado están cada vez más débiles, y eso debe ser algo positivo a la hora de visibilizar otro tipo de cultura más libre, crítica y vocacional. Pero tampoco podemos obviar que dentro de los nuevos canales de difusión que ofrece internet también está el mercado, con otras caras, pero igual de depredador, y hay que saber protegerse contra eso, aunque todavía nadie ha dado con la solución. Yo también soy bastante fetichista, y me gustaría que no se perdiera ese romanticismo que caracteriza la forma de trabajar de algunos sellos, bandas, medios, etc. Pero no hay que aferrarse demasiado a ello, la verdadera resistencia está en el activismo.


Me interesa mucho la barrera que labras entre la persona y el personaje en tus canciones. Sabes muy bien mezclarlos y conseguir la distancia adecuada para universalizar el mensaje y hacerla adscribible a cualquier oyente. ¿Cómo se consigue encontrar dicho punto equidistante? ¿te parece más difícil escribir canciones abiertamente autobiográficas o crear personajes de situaciones fuera de ti para describir conflictos personales?


A veces estoy diciendo más de mismo cuando escribo en tercera persona que en primera; lo importante es buscar diferentes distanciamientos y perspectivas que te proporcionen una amplitud de miras que es la que hace que una canción logre ser expresiva y pueda hablar de algo común a todos nosotros. Lo importante no es en ningún caso lo que sucede en mi vida, sino lo que revela mi mirada al mundo que tengo enfrente. Bueno, enfrente, alrededor y dentro, por todas partes.


Una vez titulé una crónica de un concierto tuyo con el titular “Personajes construyendo personas”. ¿Estás de acuerdo en esta apreciación? ¿son nuestros propios embustes, máscaras y roles buscados o forzados los que crean en su conjunto a la persona de forma casi involuntaria?


Claro, personaje y persona comparten la misma raíz léxica, y desde el momento en el que nos relacionamos con los demás todos construimos personajes que se nutren de las experiencias propias y ajenas, de las creencias propias y de las ajenas... Es un proceso muy confuso para cualquiera, en fin, de eso se trata la vida. La disonancia cognitiva es algo con lo que tenemos que lidiar continuamente, que da lugar a muchas preguntas sin respuesta y, en el caso de algunos de nosotros, da lugar también a canciones.


La exposición de entrañas en su obra supongo que para cualquier artista es algo delicado. Una parte del público tiende a criticarla o enjuiciarla de forma gratuita en tu caso en no pocas ocasiones. ¿Es algo que te molesta? ¿Buscas con tu nueva escritura esquivar en cierta forma esto, hacerlo de forma más sutil o tangencial?


No, no, yo hablo de mi vida, y eso incluye mi forma de ver la vida. ¿De qué otra cosa podría hablar?


Hace poco leí a Abel Hernández en una entrevista que somos especialmente impresionables a la música que nos impacta entre los 15 y 25 años. Como persona que vivió tu debut Actos Inexplicables (01) justo en la salida de este umbral y siendo un disco que me acompañará siempre, me gustaría, por último, que con una perspectiva de más de diez años me contaras cómo valoras, recuerdas o sientes la etapa en que lo concebiste.


La verdad es que tengo un recuerdo bastante claro, mucho más que de discos posteriores. Escribí todas las canciones en un piso en el que vivía en Cimavilla, el barrio antiguo de Gijón, justo antes de la gran estafa inmobiliaria. Tenía vistas al mar, pagaba 30.000 pesetas de alquiler, y los primeros años el ayuntamiento me daba una ayuda por la mitad. Ahora ya lo han tirado abajo, y hace años que tratan de vender los apartamentos nuevos por una burrada. Cuando paso por allí me acuerdo de estar haciendo las canciones deActos inexplicables, y buena parte de las de Cajas de música difíciles de parar. De todos modos no tenía un duro, así que al cabo de un par de años se vino a vivir conmigo Jairo, que tocó el bajo en la banda una temporada y que me animó mucho con las canciones del primer disco. Yo en ese momento no tenía ni idea de si iban a llegar a salir en un disco o de si le iban a interesar a alguien, y creo que eso les proporcionó un grado de pureza, por así decirlo, que he tratado de preservar cada vez que escribo una nueva canción.


Como no había tocado apenas en directo, en la grabación canté como lo hacía en mi casa, como para mí mismo, y eso hace que deteste mi voz en todo el disco. Creo que uno debe cantar con la intención de hacerse oír, aun en las canciones más íntimas. Paco Loco me ayudó mucho, por supuesto, pero como no tenía banda fija grabamos pista a pista, lo que hace que las canciones no fluyan bien, que me suene un poco desapasionado. Después de este disco ya tenía formada una banda y siempre he grabado las bases en directo. Pero ahí estaba Manu, a la batería, que ha seguido conmigo hasta hoy.

martes, 15 de marzo de 2011

Entrevista a Ainara Legardon (We once wished)

(Publicada originariamente para Muzikalia)

"He perdido la vergüenza para decir que no a cosas que no me interesan, la vergüenza que impide avanzar artísticamente, y la que impide moverse con libertad y serenidad en la vida"

Redactor: Raúl del Olmo
We Once Wished (11), el regreso de Ainara LeGardon, es una muestra del compromiso de una mujer con sus emociones; una radiografía del precio que el deseo y la resaca de su consecución -o su represión- causan en nosotros. Para descifrarla, Ainara abrió sus entrañas a Muzikalia.

Tras veinte años desde que te subiste a un escenario, ¿Qué queda y qué se ha marchado de esa inocente Ainara LeGardon en We once wished?
Algo de inocencia aún me queda, afortunadamente. El candor necesario para que a veces ciertas situaciones me sigan pillando desprevenida y causen en mí sorpresa y ganas de dejarme llevar. Me dejo seducir intensa y fugazmente por personas, personajes, cosas o situaciones, y trato de sacarle el mayor partido artístico y vital a ello.

Respecto a lo que se ha marchado, te diría que la vergüenza. La vergüenza para decir que no a cosas que no me interesan, la vergüenza que impide avanzar artísticamente, y la que impide moverse con libertad y serenidad en la vida.

We once wished cuenta con una urgencia y energía desatadas. ¿Es una reacción lógica al sonido retraído y angustiado de Forgive Me if I Don´t Come Home to Sleep Tonight?
Es más una reacción lógica al aburrimiento, el dolor y el desasosiego que viví durante el periodo de Forgive me if i don’t come home to sleep tonight. Aquel sonido angustiado, como tú dices, era fruto de mi estado de ánimo. Ahora estoy viviendo un momento muy fresco. Me encuentro con ganas de volver a soñar y de convertir esos sueños en realidad, a pesar de lo que eso conlleva.

También destaca su sonido agreste y eminentemente inflamado. ¿Existió en su concepción temor de cara a la acogida que pudiese tener entre un público acostumbrado a otra manera de desentramar la intensidad de tu música?
Al principio sí, me preocupaba en cierta manera debido al evidente giro estilístico que estaban tomando las composiciones. Sin embargo, era algo contra lo que no podía luchar, así que opté por lo de siempre: hacer música para mí, tal y como creo que debe ser hecha en cada momento, y quedarme todo lo satisfecha que puedo.

Siguiendo con tu nuevo enfoque, flotaba la incógnita de cómo una artista con unos referentes tan eléctricos no había hasta ahora mostrado todos los decibelios que pudiese. We once wished lo consigue. ¿Era una cuestión de confianza, de ánimo, resultó ser algo instintivo cuando lo hiciste?
Como digo, fue instintivo, y a la vez resultado de un estado de ánimo. Creo que no tuvo nada que ver con la confianza. De hecho, sin duda el disco anterior requiere mucha más confianza en una misma para encararlo.

¿No cansan tantas críticas positivas ante la salida de un nuevo trabajo? Si verdaderamente tanta gente echaba de menos la pulsión actual ¿por qué no lo comentaron antes cuando todo eran elogios a la intensidad contenida?
Seré sincera: las críticas buenas no cansan. Puedes tomártelas más o menos en serio, puedes compartirlas o no, pero se agradecen, sobre todo por lo que hablábamos al principio: este es un disco hecho (como todos mis trabajos) sin pensar más allá de lo que a mí me agrada y lo que mi cuerpo y mi corazón me piden hacer en cada momento. Parece ser que he comulgado con lo que el público y la crítica considera un acierto. Bien. Se agradece. El Forgive me… pasó más desapercibido, y sin embargo yo considero que es mi mejor disco, el más arriesgado y valiente, y el que más me hizo crecer como persona.

Sea como sea, yo seguiré trabajando, tratando de madurar a través de mi música. Algún día no comulgaré tanto con la crítica, ni con el público, pero seguiré siendo feliz y estando orgullosa de lo poco o mucho que consigo avanzar en la vida con cada disco.

¿Se adaptará tu cancionero en vivo a las necesidades de pulsión desatada actuales o las antiguas composiciones servirán de descompresión?
Ambas afirmaciones no son excluyentes. Disfruto sobremanera tocando los temas de We once wished, pero de igual modo dotando de una visión nueva a los antiguos, que como bien dices, sirven de válvula de escape.

Otra de las novedades que encontramos, es tu fichaje por el sello Aloud Music. Al margen de su elogiable postura acerca de la difusión de sus artistas, ¿te sientes cercana a alguna de las bandas que forman parte del sello? ¿Cuáles especialmente?
Me siento, en primer lugar, muy cercana a la persona de Sergio Picón. Me gustan sus ideas, su manera de ponerlas en práctica y el trato con las personas que le rodean. Nos conocemos desde el año 97, y mi cariño y confianza hacia él no hace más que crecer con el tiempo. No deja de meterme caña cuando ponemos en común nuestros pensamientos, pero siempre llegamos a un acuerdo en todo. Es cabal y serio, y eso siempre es de elogiar.

Quizá la banda que más me guste de Aloud es (lo:muêso), sin dejar de admirar a muchas otras por su frescura (Two dead cats, por ejemplo), o por el buen camino que se han conseguido labrar con esfuerzo (Nothink).

Nunca me canso de señalar el carácter aséptico y plano, exento de peligro en la mayor parte de lanzamientos musicales en los últimos tiempos. Desde luego tu posicionamiento está en las antípodas de ello. ¿Reivindicar el desnudo emocional, el grito, el hambre por vivir y sentir a pesar del precio que conlleve es para ti prácticamente un deber ético hacia tu persona?
Pues más o menos. Simplemente se trata de ser honesta con una misma. Todo lo que has mencionado lo aplico no sólo a la música, sino a mi vida en general.

Al hilo de ello, creo que hace dos décadas esa transmisión se conseguía mucho más. ¿Piensas que el carácter trascendente y existencialista del mensaje de muchos artistas de los 90´s ha hecho que en estos tiempos más superficiales a la hora de percibir el arte haya sido la causa por la que nunca se rememora esa época? Bueno, para empezar no estoy del todo de acuerdo en que actualmente corren tiempos más superficiales a la hora de percibir el arte. Esa percepción reside dentro de cada uno, y te aseguro que en lo que a mí respecta, estoy dejándome empapar más que nunca.

Siguiendo con lo del revival, yo creo que de un tiempo a esta parte sí que se está rememorando esa época de los 90. Grandes grupos de entonces han sacado excelentes discos el año pasado (por ejemplo Pearl Jam, Alice in Chains, o hace un par de años Eddie Vedder en solitario con Into the wild, por mencionar un trabajo con un mensaje de gran calado emocional).

Y por otro lado pienso que quizá también ese carácter trascendente estuviera dentro de nosotros mismos, que escuchábamos y vivíamos aquella música como si el acorde final de cada canción fuera el último que escucharíamos en nuestra vida.

Como tarjeta de presentación el vídeo de “Thirsty”, dirigido por Álvaro Sanz, me parece impecable e implacable. Es un gran trabajo. ¿Cómo surgió la idea de plasmar el sentido de la canción de esa forma tan violenta e impactante?
La sensación que me embargaba cuando compuse ese tema era así de impactante y casi violenta. Estaba sedienta de emociones que sabía que me iban a dejar una marca imborrable, no forzosamente positiva, y aún así estaba deseando vivirlas. Tiene mucho que ver con lo que has comentado antes del hambre por vivir y sentir, a pesar del precio que conlleve.

La idea de plasmarlo en imágenes de esa manera surgió en una conversación a tres bandas entre Hannot Mintegia, Álvaro Sanz y yo. Yo simplemente actué como nexo entre las ideas de ambos, y me dejé llevar…

Una artista inquieta como tú necesita, presumo, formas de expresar su creatividad y experiencias por distintos canales. ¿En qué otros proyectos musicales, o no musicales, vuelcas tu instinto? Desde hace un tiempo colaboro con Álvaro Sanz poniendo banda sonora a algunos de sus documentales y cortometrajes, el último de ellos Nieve de primavera, que podrá verse en Televisión Española en breve.

Actualmente también trabajo en el montaje del espectáculo de danza La quimera del ruido, aportando piezas musicales con la guitarra y también improvisando con la voz, de forma que me expreso con ésta de manera diferente según estén manipulando mi cuerpo en escena. Es muy interesante.

Y por último desde hace un tiempecillo ando metida en el mundo de la improvisación libre. Álvaro Barriuso (Dúo Cobra) y yo acabamos de montar un proyecto llamado Archipiel en el que jugamos con las voces y un eco de cinta analógico. En algunas piezas usamos pequeños textos, que por fin han encontrado (por lo menos en lo que a los míos respecta) la manera de salir a la luz y cobrar vida. Para mí trabajar con Álvaro supone una experiencia nueva y es un disfrute total.

Siguiendo un poco la iniciativa que hizo Aloud presentando una canción de We once wished cada día por su radio on- line, nos gustaría que, para terminar, nos analizaras tu propia creación y comentaras lo que se esconde detrás de cada tema en pocas palabras.
“You gave me”: dar, recibir, embarcarse en una aventura y vivir la magia de las casualidades que nos rodean, que probablemente no existan como tales.

”I left”: la retirada a tiempo, antes de causar daño.

”We once wished”: la realización en un sueño de un deseo inalcanzado.

”Hugs that won´t last”: el momento que inspiró la mayoría de las canciones del disco. Y una vez más, la retirada antes de la debacle.

”Reason”: las sensaciones contradictorias de no poder esperar y a la vez la de querer parar el tiempo. La de no poder hablar, pero desear gritar algo a los cuatro vientos.

”I am” : todo lo que he odiado a lo largo de mi vida, yace dentro de mí.

”Thirsty”: la sed de vivir emociones que pueden dejar su huella. La felicidad de la espera ante un momento que se sabe de antemano emocionante.

”Evil eyes”: Me miraste y no pude decir que no… me diste lo que estaba pidiendo a gritos.

“Before waking up”: la persona que me devolvió mis raíces y me enseñó un lugar en el que deseé quedarme para siempre.

”Make it mine forever”: la sensación de que de tanto recordar algo, lejos de fijar su imagen en tu mente, se va desdibujando. Y el saber que ya nunca más tendrás la oportunidad de contemplar de nuevo esa imagen para hacerla tuya para siempre.

Gracias, Ainara. Tu música es un bastión de integridad y arrojo.
Y tus palabras un lujo.