domingo, 20 de febrero de 2011

We Once Whised (Ainara LeGardon)

El próximo día 22 se pone a la venta el nuevo disco de Ainara LeGardon en las tiendas. Dejo aquí la copia de la promo que tuve la suerte de poder hacer para ella. Como siempre, las vísceras al aire. Le deseo toda la suerte.

We once wished es el disco que siempre había deseado hacer Ainara LeGardon. Quizá ni siquiera lo sabía, pero estaba latiendo en sus profundidades. Veinte años se cumplen desde la primera vez que subió a un escenario y ese camino emprendido desde entonces ha derivado en su obra más indispensable y reactiva.

Es ahora justo, al fichar por Aloud Music, cuando la urgencia se apodera de su discurso y la electricidad desaforada hace presa en su propuesta. Todo ello sin perder ni una sola de sus señas de identidad: el susurro palpitante, la tensión continua y un espartano montante que siempre termina sumando mucho más que miles de ejercicios que son carcasa hueca.

Son de nuevo las manos de Paco Jiménez las encargadas de perfilar el sonido desde una producción que se ajusta a las necesidades de cada composición, agreste y pulida a un tiempo. Y Ainara es la máxima artífice de la imaginería de un disco que habla de deseos fútiles, del Carpe Diem más solícito y de expurgar demonios a través de la búsqueda sedienta de vivencias que dejan cicatriz.

Ella misma, aparte de volver a sangrar a la guitarra y a las voces, graba la mayoría de los profundos bajos para la ocasión, dotando de una extraordinaria firmeza y cohesión el resultado final. No se puede pasar por alto el fichaje en su siempre escueto, pero diligente, escuadrón la ayuda inestimable de Héctor Bardisa (The Grave Yacht Club) a la batería, aportando una pegada que solicitaba el conjunto de canciones. Cabe mencionar también la heterogénea lista de colaboraciones: Rubén Martínez de Tokyo Sex Destruction, Hannot Mintegia de Audience y el neoyorkino Jason Victor, miembro acompañante de Steve Wynn con sus Miracle 3 y de Willard Grant Conspiracy.

El referente sigue siendo ella misma, y es el rasposo sonido, justo ahora que se dignifica la música inocua y sosegadamente lacia, el protagonista indiscutible. Con un posicionamiento contemporáneo y la vista reivindicando la trascendencia musculada de los noventa, We once wished es una construcción brillante a la par que valiente y rotunda.
Por Raúl del Olmo.


prometo no volver a llamar al disco once i whised...

Aquí dejo su perturbador nuevo vídeo, Thirsty:

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