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sábado, 14 de septiembre de 2019

La Cura.




LA CURA

Quizás estoy preparado para que alguien me cure, pero olvidé cuál es mi enfermedad.

Olvidé sus síntomas, sus dolencias, sus consecuencias, sus remedios...

Sí, lo olvidé por completo. Y ahora que me siento preparado -diría que hasta dispuesto- a que alguien me sane, olvidé mi enfermedad y, con ello, la virtud de ser curado.

Así que, si vienes a sanarme, disculpa si no sé agradecértelo, si no me asombro de tus prodigiosas dotes.

Disculpa, en fin, si ya no me reconozco enfermo ni tan siquiera involuntariamente sano.

(foto y poesía Raúl del Olmo).

domingo, 31 de diciembre de 2017

Halo


Limpiando cada esquina del pasado,
percibo la silueta del futuro,
vengo a entregar mis armas, no lo dudo,
desafiaré destinos a tu lado.

Agotado y yendo a ciegas,
jornada tras jornada,
descubrí por fin tu brillo,
se parecía mucho al mañana.

Espero aprender en el viaje,
quiero curarme en el camino,

Privado, carente, desposeído,

pero intacto de esperanza
por haberte conocido.

Anhelante y febril, resulta ineludible
que deje de ocurrir lo que no pasa
y suceda lo increíble.

¿Cómo voy a volar
        si llevo el cielo dentro?
Ya no ansío alas ¡para qué!
si surco a pie tu firmamento.

Espero aprender en el viaje,
quiero curarme en el camino,

Sereno, confiado, por fin vivo,

tan lleno de esperanza
por haberte conocido.

Eres la verdad tras los escombros,
la resurrección sin estar muerto,
un balcón cualquiera, con estrellas,
envidiando la luz que da tu cuerpo.

Miro a lo lejos y no hay nada
que no lleve por dentro.

domingo, 14 de mayo de 2017

Heridos


Aunque esto me duela,
voy a cerrar los ojos.
Es la forma que nos queda
de contemplar algo hermoso.

A veces imprevista,
casi siempre improbable,
nunca consigo impedir
llevarte en mí cada instante.

Heridas curando heridas,
como si eso corrigiera
los errores de la vida.

Yo tampoco necesito que exista
para jurar que se ha perdido,
buscando a ciegas lo imposible
y encontrando solo lo prohibido.

Con las alas cansadas de reptar
me escondí en un edificio de cristal,
el lugar menos prudente y cabal
si una víctima se quiere dejar notar.

Heridas lamiendo heridas,
como si eso permitiera
confiar en meras fantasías.

Inmortalizas los atardeceres del mundo.
Mira de nuevo el sol, ¿no lo ves profundo?
Es justo ahí dentro donde yo me hundo.

Heridas abriendo heridas,
como si eso nos dejara
olvidarnos sin mentiras.

(Letra, fotografía: Raúl del olmo)

domingo, 20 de febrero de 2011

Brillo Durmiente

Ella, nacida entre tacones y trenzados.
Ella, educada en el silencioso ancla arcaico.
Ella, arrancada de la extrañeza tachada a ciegas.
Ella, larva silenciosa, tímido testigo del devenir de raíz mundana.
Ella, renuncia a la expansión en pos de la subsistencia.
Ella, experiencia desollada y desoída.
Ella, de bruces hacia un mundo mutante de repente.
Ella, penetración al manicomio regentado por el Dragón Multicolor.
Ella, río de risa y lágrima envuelta en las llamas del Saurio.
Ella, ahogada en brillo redentor que eleva al más allá.
Ella, incapaz de notar la belleza incrustada adentro.
Ella, amante del fulgor.
Ella, zozobra de mente anhelante de bombeo sanguíneo.
Ella, deseo de palabras encantadoras de serpientes.
Ella, esputo al gris diario.
Ella, la mirada hacia la guerra.